Claves sobre la importancia de una dieta equilibrada en nuestro alumnado

La adopción de una dieta equilibrada es un pilar fundamental para la salud y el desarrollo óptimo, con implicaciones que se extienden desde los primeros años de vida hasta la vejez. Según la Organización Mundial de la Salud, una nutrición adecuada no solo asegura el crecimiento y desarrollo adaptado a la actividad física de los niños, sino que también establece hábitos dietéticos saludables cruciales para la prevención a corto y largo plazo de enfermedades crónicas como la obesidad, la hipertensión o la diabetes.

La evidencia subraya que los factores de riesgo biológicos y de comportamiento se originan en etapas tempranas y tienen efectos adversos a lo largo de la vida, haciendo de la alimentación y la actividad física intervenciones preventivas de por vida. En un entorno donde la publicidad y la globalización de las dietas han agravado los factores de riesgo, es esencial fomentar activamente una alimentación variada, limitando alimentos procesados, azúcares libres y grasas no saludables.

Para optimizar la salud y promover un envejecimiento saludable, se recomienda una dieta basada en verduras, frutas, cereales integrales y legumbres (aproximadamente el 70 % de la ingesta), complementada con proteínas y grasas saludables, y manteniendo la ingesta de azúcares libres preferiblemente por debajo del 5 % de las calorías totales.

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