El deporte escolar puede convertirse en una herramienta clave para prevenir y combatir el acoso, ya que ofrece un espacio real donde surgen conflictos y relaciones que permiten educar en convivencia, respeto y gestión emocional. A través del trabajo en equipo, la comunicación y la inclusión, el alumnado aprende a relacionarse de forma sana, a resolver desacuerdos sin violencia y a valorar la diversidad del grupo.
Además, el deporte favorece un clima de apoyo mutuo que refuerza la autoestima y reduce las actitudes que alimentan el acoso. En coherencia con la Ley LOPIVI, las entidades deportivas deben aplicar protocolos de protección, formar a sus profesionales y garantizar entornos seguros donde se respeten los derechos de niños, niñas y adolescentes. Toda la comunidad —alumnado, familias, entrenadores y personal del centro— forma parte de esta red de protección.
En conjunto, el deporte escolar promueve valores prosociales, liderazgo positivo y rechazo a la violencia, contribuyendo a construir grupos más seguros, respetuosos y cohesionados.
Para profundizar más en este apartado, tenéis disponible un vídeo y un documento escrito.